El Hostal Español

Desde las 3am estaba pendiente de mi móvil, a que llegara tu mensaje de "nos vemos en el Neptuno" no era pregunta, era casi una orden. Sabías que andaba de marcha por el centro y que ahí iba a estar. De ahí caminábamos todo Paseo del Prado hasta la Cibeles, mientras me contabas la mitología griega de las estatuas que están ahí. Estoy casi segura que me cambiabas siempre las historias, para reirte mas de mi. Como que yo me daba cuenta y te veía con cara de sospechancia y tu me decías "que, no?".

Ya en la Cibeles, mientras esperábamos el búho a mi casa, te burlabas de mi historia del fantasma del Palacio de Linares, snif. Me amanecía abrazada a tu espalda y, dependiendo de la cruda que traíamos, me mandabas a comprar tu acuarius de Limón a donde el moro, te hacía unos hotcakes o nos íbamos al Rastro. Eres la única persona que se tarda mas que yo comprando libros. Así que siempre te esperaba comiendo una tapa extremeña con vino blanco. "Se te esta haciendo un culote", me decías y yo solo ponía carita de perro regañado y seguía tragando, ja!.

Luego caminábamos por el centro y te contaba que edificios eran borbones, austurias y moros. Ahí si no me contradices porque sabes que a mí, en historia, me la pelas. Aunque lo poco moro que queda de Magerit, no es difícil de adivinar, aunque no me creas que San Ginés si lo es.

Al pasar por la Gran Vía te hacía notar que estatuitas de los edificios eran obscenas y siempre me decías que la obscena era yo. Pues que no ves que el angelito le agarra las tetas a la mona?. Abrías más los ojos y reías. También abriste mucho los ojos cuando me viste con mi pelo rojo-tinto. Fuiste al único que no le gusto mi nuevo look. Tampoco te gustaban mis alpargatas rojas y mis faldita veraniegas.

Ya sabes que los domingos todo esta cerrado en España, pero quien lo necesita?. Este post es porque en el fondo sé, que algún día esos domingos no se han quedado atrás.