El Hostal Español

Una de las cosas mas chingonas de andar cambiando de aires, es la gente que conoces y que te acompaña. Que te ayudan y a quien admiras. Con quien compartes un momento que fue importante para ti. Yo tuve la suerte de hallarme a estos:

Mi relación con las mujeres siempre ha sido complicada. Sin embargo, algo pasa con las mujeres acá que se volvieron mis grandes amigas. Sin duda, mucho tiene que ver que todas son luchonas: inmigrantes o no, pero sobreviven solas aquí... y al mismo tiempo se divierten. No conozco alguna que se le vea apática y se deje llevar por la corriente. Como todas, tienen sus altibajos hormonales, pero las veo felices y realizadas.

Reyna ya esta en México, pero estuvo estudiando 6 meses aquí y mas o menos se las ingenió como yo, por lo que estamos en el mismo canal y entendemos lo que la otra siente. Desde la primera vez que quedamos a comer nos contamos cosas que, después platicando, nos confesamos que eran muy personales para contarnos a la primera. Pero fue lo chingón de mi relación con ella: la confianza, empatía y ebriedad, juar!. Ella me ayudo mucho a salir de mi cascaron, a divertirme y a querer a Madrid. Vivía cerca de mi casa y nos hablábamos para cenar (siempre con vinito) o para salir. Con ella me fui a Barcelona y compartí largas largas platicas. Cuando fui a México en agosto la vi y no nos paraba la boca. Ella no critica ni se mete donde no. Es bueno que no esta tan lejos de Qro. :)

Lina fue mi compañera de piso de septiembre a febrero. Es la persona mas alegre y platicadora que conozco. Siempre riendo y siempre coqueteando. No es preciosa, pero si llama la atención supercabron. Ella lo sabe y le encanta. A veces, tanta alegría y platicadera chocaba con mis ganas de estar sola, aislada. Ella lo sabia y lo respetaba, aunque después me dijera "pinche Rox cortada". Muy sincera y sobre todo, luchona. Realmente admiro como teniendo muchas cosas en contra y algunos pedos familiares, ella siempre se mantuvo con el ánimo arriba y alegre. De ella recuerdo las risas hilarantes en el búho de madrugada, el criticar a los hombres que nos rodeaban y su deliciosa comida. A mi, que presumo mucho de que me encanta mi soledad y demás mamadas, se que la voy a extrañar un chingo. Nos complementamos bastante bien, es la persona con la que he vivido con quien mas a gusto me he sentido.

Mi relación con el pueblo español no fue mala... pero tampoco excelente. Como sea, JuanMa saca la casta por los gachupos. A él lo conocí por mi primo, que vivió en Barcelona y, cuando yo fui, nos recibió con una cena/peda memorable. A pesar que en este año y mes no nos vimos mas de 5,6 veces? siempre que nos veíamos no nos paraba la boca y nos teníamos que despedir porque se acababa el metro o había que despertarse temprano. Mucho de Madrid y del tur del post anterior fue por su guía. Es una pena no haber vivido en la misma ciudad, como sea, esas tardes por Madrid y Barcelona fueron geniales :D. Que bueno que tienes blog!

Ya hablé de los pinches sudacas de mi salón, pero sobre todo mi hermanito y vecino tapatío Pedro México y Adolfo, conocido en el submundo madrileño como el Doctor Amor. Junto con el chileno nos íbamos al bautizado “bar de la Rox”, primero los viernes y después cualquier día de la semana. Yo no se que habrá pensado el del bar de mi al siempre ir con aquellos 3. juar! Entre peda y peda nos contamos la vida, el amor y los chismes del grupo.

Del otro lado del charco se quedó parte de mi gente. Muchas veces fue difícil y no sólo por la tristeza que de repente me agarraba acá, si no porque del otro lado del charco también pasaron cosas que a veces me ocultaron (para protegerme) y otras que me hicieron investigar cuanto me salía un vuelo express pa'lla. Quien lo haya experimentado sabe que la comunicación no es sencilla por messenger y una esta tan acostumbrada a una mirada o un abrazo de feedback que la sensación de faltía que llega de repente puede llegar a abrumar. Aún así siempre estuvieron conmigo, por eso no pueden faltar en este post.